domingo, 24 de enero de 2010

Imposible que el puerco mire a las estrellas...

Ha pedido lealtad a su caterva; léase, exigir, porque como buen preboste no solicita. Y exige, porque es "Pedir imperiosamente algo a lo que se tiene derecho". Y mire si tiene derecho sobre su muchedumbre, pues les impide pensar, analizar, so pena de llamarlos traidores.

Lealtad es un valor, que según el DRAE tiene tres acepciones, una de ellas "Cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien". Pero con un vocabulario tan liliputiense y escatológico, confunde lealtad con incondicionalidad (Adepto a una persona o a una idea sin limitación o condición ninguna).

La lealtad se gana en el campo del honor, no se decreta. La segunda se compra. La primera, ni se compra, ni se vende, como el cariño verdadero. El mediocre se entorna de incondicionales, el eficiente se rodea de leales y execra los incondicionales. El tirano tiene una corte de tartufos, y será víctima de ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario